Si pudiéramos resumir la vida en cinco segundos, valoraríamos más una sonrisa.
Entenderíamos más de lo sueños,
Nos obligaríamos a pensar mucho más y a decir menos; Imaginemos que la vida pasa tan rápido, que tan solo pensarlo tarda cinco segundos.
Si todo lo que dices es parte de la creación
y lo que callas es parte de la perdición
de la muerte,
Entonces para que existen los segundos?.
No importando cuántos de esos sean,
Pensamiento infinito,
Que no podemos descifrar
miércoles, 30 de diciembre de 2009
Terquedad rutilante, médula de saberes condenados,
apatía de la felicidad incierta, los sentimientos.
El silencio nutre su ser, con el vacio de nuestra alma...
La libertad nace cuando callas, no la mates...
miércoles, 16 de diciembre de 2009
...No queremos ver lo evidente, nos cegamos a la realidad y decimos que las cosas son así, cuando de verdad nunca lo fueron. Creo que nunca podre entender...
Estoy sentado en el ocaso de mis silencios, en lo tardío de mis recuerdos. Entiendo que los sueños son alas rotas por el Pegaso de nuestro ser, mientras más pensamos más matamos; todos tenemos interés en el baldío solitario de la apatía, en el oscuro risueño y vagabundo olvido silenciado; en un baño de sangre indiferente a toda sensación, en la explosión mental demencial. 500 millones de intrépidas líneas delirantes, tal vez sin fin, infinitas, obvias, sabidas, entendidas; perplejas por las miradas tontas de los abusos opresores, ciegos de la ignorancia sorda, de nuestro olvido. Podríamos ponernos tercos sentaros, tijeras suenan, hablan de pañuelos sonrojados, de vitrinas apagadas por nuestra oscuridad, pensaría si bien es lo que nos das, los dimes y diretes de las voces estridentes, del sueño aquel. La mente vaga y se esconde, camufla, mimetiza, aturde sonroja, tartamudea en sollozos pimentados de sangre, tartamudea en silencio, creyendo que la escuchan los oídos tartamudos de lo inefable; sombrío, oculto, sincero, honesto…sin máscaras, palmeras, ni sirenas; sin mar, sin techo, ni espejos; sin disfraces, serpentinas, ni ocarinas; sin hincapié, sin tortura, ni opresura; sin prisa, llanto, espanto ni pastel; sin flores, sin recuerdos, sin mente; sin dintel, sin balcón, sin tonto, sin ojos, sin llamas, pintura, ocaso ni un té.
Aletargados por un disfraz de torpeza, por un alcohólico sabor a timidez, por una visión inconmensurable de rutina, de tormentos despechados por una playa olvidada, de intentos silentes de risa, de mórbidos, ponzoñosos y santísimos versos…inerte, demente, tozudo, sapiente, inherente a toda sinceridad hipócrita, a toda ranura quebrantada, a todo ser sombrío y vulgar, a todo espanto trémulo; los limites olvidan su santuario, su ritual carnal, demencial, criminal; sin sandias ni metralletas, sin sorbos de olores concretados; nada es nada porque si y todo es todo porque no es no y si puede, demencia, cabellos sangrientos de pasteles, pasados a tiempo, tristes de placer, anteojos agazapados de gansos golosos de servir, tristes de odiar, sin ellos sólo son palabras dichas por seres infrahumanos, desteñidos y marchitos.
Es por eso que sangro y rio sabiamente.
miércoles, 2 de diciembre de 2009
...lo mejor de la tontera, es hacer parecer que no es tonta...
…Las llagas ocultas que producen las palabras, el dilema existencial de un recuerdo; árboles, pájaros, tu mirada; que logra penetrar el olvido. Cien mil millones de infinitos recuerdos de pasados borrosos, de recuerdos inertes, pálidos, tercos, inocentes. Hubiese querido estar, hubiese querido verme, esperando el amanecer en esa noche oscura, naufragando en la playa de la soledad, hundiéndome en el aire sin oxigeno, siendo parte del más allá, tratando de entender lo que no tiene sentido, lo obvio, lo sabido. Esperaría a que el sol iluminara mi cabeza y el sonido del mar retardara mi conciencia, apagaría mi razón y despertarían las sensaciones, “vivir”, recuerdo que no había nada más que silencio al despertar, quise oírme pero no pude pronunciar una palabra, estaba atónito, ahogado dentro de tal silente belleza. Los sentidos me silenciaron, y el olvido apareció, renació en los momentos; inspirado por una soledad inconmensurable, alimentada por el olvido y la convicción; durante esos segundos encontré paz, Olvide que existían las palabras, renací, no quise despertar…tenía miedo a que fuera un sueño, no lo sabía…
viernes, 13 de noviembre de 2009
La "maraña de existir" es sorprenderse,
encontrar en los momentos ínfimos rasgos de eternidad.