jueves, 6 de septiembre de 2012

¿Por qué somos ta webones?
¿¡Porque creemos en la iglesia, y no sabemos nada de historia!?.
Sí!
"Claro"
"Salvo raras excepciones".
en resumidas cuentas, 
Nos enseñan lo que DEBEMOS SABER
Nos inculcan en quién debemos creer.
y cuándo te das cuenta,
piensas y razonas


great!

estas
ya metido
en
la más
absoluta y
 vulgar
estupidez.





piensas

Quién conoce al ser humano  SEGURO! extraña su niñez.






B#urdo#


Somos máquinas de eludir,
de eludirnos más bien,
esto tiene cambios, placeres, pero
siempre es
eludir al fin o al cabo;
al cabo de unos cuantos triunfos
o al final de una pocilga.
no podemos entender cómo, ni cuando;
sólo sabemos dónde.

Somos máquinas silenciosas y cautas,
somos risas en llantos maltrechos,
privilegio de pocos es darse cuenta,
bondad de muchos ignorarlo.

Sólo sabemos lo que nos enseñan,
lo que nos cuentan, 
pero,
en realidad, tal vez-
la única virtud,
está
en -entender-
por si mismos
con quien, donde y como debemos seguir.

Perdemos el tiempo 
muchas, millones de veces en porquería que  nos aturde y  nos ciega,
buscamos nexos que nos ayuden a entender,
perdemos el tiempo en risas falsas 
en torpeza,
nos tiramos a políticos
hablamos de paz y de unidad.

BIEN,
podridos estamos de tanta mentira purulando calles y televisores
de eso ya sobra mucho y muchos,
¿Por qué no podemos simplemente 
apagar todo
y sentir el aire?.


Triste desdén acumulado en años
líneas coléricas
sumisas y turbias,
no hacen más que arañar estas letras,
cuantos póstigos de tristeza tendrán que huir,
para alcanzar el fin
para no desteñir

Flores marchitas somos,
maquinas programadas,
viejas-
corroídas –enmohecidas-
somos tinte sin color,
somos sabiduría
sin hermosura ocurrente.

Criamos a nuestros hijos odiando nuestros errores,
no nos acordamos de nada bueno,
usamos su nacimiento para tapar heridas pasadas,
los culpamos de nuestros errores sin 
siquiera haber nacido.

Hasta cuando esperaremos 
la luz que todo acoge
el viento que todo empuja.


Sin embargo,
nunca olvidemos;
que sólo somos máquinas viejas,
piezas,
que si no resaltamos, distinguimos, peleamos, aturdimos;
tal vez seremos
una más de muchas,
de este mundo podrido
y burdo.